miércoles, 24 de noviembre de 2010

ARQUITECTURA GOTICA

El estilo gótico nació como tal, en el norte de Francia, a mediados del siglo XII, se da la fecha del 14 de julio de 1140, en que se inició la obra del coro de la Basílica de Saint-Denis, como la fecha de nacimiento de este estilo, sin embargo debe hablarse de su nacimiento como una evolución técnica de las formas de las escuelas románicas regionales, y así ya a finales del siglo XI se había comenzado a construir en Inglaterra la catedral de Durham, con bóveda de crucería y estructura gotica.






 Elementos de la arquitectura gótica

 
PLANTA.
La planta de las grandes iglesias góticas responde a dos tipos principales:
De tradición románica. Tienen casi las mismas formas que en el estilo románico y más comúnmente la de cruz latina, con girola o sin ella pero con los brazos poco salientes y con los ábsides o capillas absidiales frecuentemente poligonales.



 


De salón. La planta carece de crucero de brazos salientes , el templo de salón presenta una disposición basilical y posee, como mínimo, tres naves de igual altura y, por consiguiente, un sistema de iluminación lateral.
 



 
ARCO OJIVAL.
El arco ojival es uno de los elementos técnicos más característicos de la arquitectura gótica, y vino a suceder al arco de medio punto, propio del estilo románico.  A diferencia del arco de medio punto, es más esbelto y ligero por transmitir menores tensiones laterales, permitiendo adoptar formas más flexibles, resulta más eficaz, pues gracias a su verticalidad las presiones laterales son menores que en el arco de medio punto, permitiendo salvar mayores espacios.


BOVEDA DE CRUCERIA.
La bóveda de crucería, conformada por arcos apuntados, a modo de esqueleto, es más ligera que cualquier otro tipo de bóveda construida hasta la fecha. La utilización de este tipo de arco formando un esqueleto tridimensional unitario refleja el alto conocimiento técnico que alcanzaron los constructores de catedrales.
 



CONTRAFUERTES Y ARBOTANTES
Para soportar el empuje del peso de las bóvedas, en vez de construir gruesos muros como se realizaba en el románico los arquitectos góticos idearon un sistema más eficiente: los contrafuertes con arbotantes. Los contrafuertes se separan de la pared, recayendo el empuje sobre ellos por medio de un arco de transmisión denominado arco arbotante. Todavía se puede alcanzar una mayor resistencia colocando a continuación un segundo contrafuerte. Los arbotantes también cumplen la misión de albergar los canales por donde descienden las aguas de los tejados y evitar así que resbalen por las fachadas.
 









 

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